viernes, 15 de junio de 2007

dos grandes ciudades

Un hecho maravilloso para reflexionar: que cada criatura humana está construida para ser este secreto profundo y misterioso para todos los demás. Una consideración solemne, cuando entro en una gran ciudad por la noche: que cada una de esas casa agrupadas en la oscuridad encierra su propio secreto; que cada habitación de cada una de ellas encierra su propio secreto; que cada corazón que late en los cientos de miles de pechos de allí, es, en alguno de sus aspectos. ¡un secreto para el corazón que tiene cerca! Algo de la atrocidad, incluso de la Muerte misma, se refiere a esto. Ya no puedo pasar las hojas de este querido libro que amaba, y en vano espero leerlo todo con el tiempo. Ya no puedo mirar en las profundidades insondables de esta agua, donde, cuando luces pasajeras brillan en ella, yo he llegado a ver tesoros enterrados y otras cosas sumergidas. Estaba fijado que el libro se cerraría con un resorte, para siempre jamás, cuando hubiera leído solo una pagina Esta fijado que el agua estaría encerradas en una helada eterna, cuando la luz estuviera jugando sobre su superficie y yo estuviera en la ignorancia en la costa. MI amigo está muerto, mi vecino esta muerto, mi amor, el carió de mi alma, esta muerto; es la inexorable consolidación y perpetuación del secreto la que estaba siempre en esa individualidad y que llevaré en mí hasta el fin de mi vida. En cualquiera de los cementerios de esta ciudad por la que paso, ¿hoy una persona durmiendo más inescrutable para mí de lo que son sus ocupados habitantes, en su personalidad mas interna, o de lo que yo soy para ellos?

1 comentario:

Arima dijo...

Asi, al fin y al cabo estamos siempre solos, aún entre la masa. A veces también me planteo este tipo de cosas (sobre que habrá tras cada muro). En fin.. Es un bonito texto.
Es curioso, encontré tu blog por casualidad y me ha recordado una cosa, tu no estudiaste italiano hará un par de años en RI? Aunque ya sería mucha casualidad!
Bueno, hasta otra ;)